Los muebles de composite resisten bien los desinfectantes, detergentes y otros productos químicos habituales en entornos médicos, sin degradarse ni perder color. Además, a pesar de su robustez, los materiales compuestos son relativamente ligeros, lo que facilita el traslado o la reconfiguración del mobiliario según sea necesario. Por estas características, este tipo de mobiliario es cada vez más popular en hospitales y clínicas, donde los materiales compuestos pueden incluir resinas reforzadas con fibra de vidrio, polímeros avanzados y compuestos termoplásticos diseñados para satisfacer las necesidades específicas de los entornos sanitarios.